botas seguridad

En tu EPI, o Equipo de Protección Individual, no pueden faltar unas buenas botas de seguridad que protejan tus pies de los materiales o maquinaria con que trabajas. Las lesiones en los pies son muy comunes y hay que prevenirlas: ¿el mejor recurso? Las botas de seguridad. En este artículo vamos a analizar los riesgos y establecer una clasificación de botas de seguridad para que no tengas ninguna duda acerca de su uso.

 

Botas de seguridad como Equipo de Protección Individual

El calzado de seguridad es imprescindible para garantizar la integridad de los pies durante el trabajo a realizar. Son un elemento que tiene que proteger, ser cómodo y mantener al pie en condiciones higiénicas. En cuanto a la protección de las botas de seguridad, tenemos principalmente tres características clave:

  • Punta de acero: la puntera rígida puede ser de: acero o composite (material más resistente y de precio más elevado)
  • Material resistente: Es importante asegurarse de que el calzado no sea rígido y pesado, pues el rendimiento del trabajo del usuario se puede ver afectado considerablemente. Asimismo, debe ser un calzado cómodo y de buenos materiales; de lo contrario puede sobrecalentarse el pie y provocar dermatitis. Las opciones que encontramos en cuanto a materiales de botas de seguridad son de piel, principalmente, u otros materiales más ligeros adecuados para temporadas de calor.
  • Suela antideslizante: la suela, por su parte, debe proporcionar estabilidad para suelos en rampa, lisos, mojados y que haya contacto con productos químicos más o menos abrasivos.

 

Análisis y clasificación de riesgos

Si dotamos a la plantilla de un buen EPI (consulta este otro artículo para conocer más) con las condiciones de seguridad totales, nos aseguraremos de que el usuario no sufre lesiones ni accidentes graves que pongan en riesgo su integridad y la actividad de la empresa, en definitiva.

Riesgos habituales

Existen tres grupos de daños o riesgos según cuál sea el agente que interviene en este perjuicio:

  • Acción directa. Un daño causado directamente sobre el pie
  • Agentes externos. El pie ha sufrido un daño debido a una acción exterior.
  • El equipo. El propio equipo ha sido el causante.

Así, podemos enumerar algunos de los riesgos habituales a los que está expuesto el operario:

  • Golpes. Es habitual sufrir impactos con los materiales y herramientas con los que se trabaja, debido a su caída en los pies.
  • Aprisionamiento. Al manejar maquinaria con cierto juego de movimiento, se puede producir el rodamiento de alguna parte y alguno de nuestros miembros quedar aprisionado o aplastado.
  • Cortes y pinchazos. Clavos, puntas afiladas… es muy común que estemos en contacto con este tipo de material.
  • Quemaduras. Lo más típico es el contacto con algún químico abrasivo, pero también se producen por fricción.
  • Electrocución. Al tener contacto con electricidad. Es también muy típico.

Analizando el riesgo

El propietario de la empresa debe implicarse en el proceso de uso de los sistemas de seguridad, siguiendo el llamado “principio de utilización”, a todos los equipos. Las personas susceptibles de estar en contacto o llevar a cabo actividades de riesgo, serán conocedoras y responsables de aplicar, escoger y organizar el uso de esta parte del equipo de protección.

Para analizar los riesgos no basta con que estos sean descritos como meros epígrafes sino que:

  • Hay que describir el peso, altura y velocidad que vaya a tener un objeto, por ejemplo.
  • Hay que ser muy concreto y específico en los nombres que se den.
  • Se dejará constancia asimismo de las temperaturas a las que están sometidos los trabajadores, el nombre y características de las sustancias químicas, si hay o no agua…

 

¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Tienes ahora más claros los principales riesgos de no usar botas de seguridad como Equipo de Protección Individual? Participa en nuestra comunidad con tu comentario. Escribe tu comentario y háblanos de tu experiencia escogiendo calzado de seguridad.